jueves, 4 de mayo de 2017

CINCUENTA SOMBRAS MÁS EMPODERADAS

¡Hola a todas y a todos!
Esto ha estado algo parado estos meses, pero afortunadamente ha sido por falta de tiempo.
Una de las cosas que he hecho en estos meses ha sido escribir un artículo para una revista que el ayuntamiento de mi pueblo ha editado con motivo del día de la Mujer, en el hablo del papel de la mujer en el fenómeno "Cincuenta sombras", espero que os guste.

"En los últimos días, el estreno de la segunda parte de la trilogía Cincuenta sombras de Grey se ha convertido en un tema de candente actualidad.
            Con motivo del día que nos ocupa, el día Internacional de la Mujer, considero necesario analizar el papel que asume ésta en dicho fenómeno, teniendo en cuenta tanto la perspectiva de los personajes femeninos en el film como la percepción que hay entre el público femenino de los mismos.
             Nos vendieron los libros (y ahora su versión cinematográfica) como el fenómeno erótico del siglo. Nada más lejos de la realidad. La literatura erótica siempre ha existido y la historia sobre la que gira esta trama no dista mucho de panfletos anteriores. O incluso de aquel cuento de una Bestia agresiva, fea y con pocas habilidades para hacer amigos que, allá por 1991, mantenía encerrada en un castillo a una inocente Bella hasta que ésta conseguía enamorarle y “por arte de magia”, romper un hechizo por el que él volvía a ser un príncipe guapo y encantador. Seguramente a quien haya seguido ambas historias les suene la similitud.
            Si bien es cierto que esta historia ha conseguido la visibilización del deseo sexual femenino, tal vez no lo ha hecho de la manera correcta, dado que Anastasia, la protagonista de la historia, no es más que un objeto que el hombre, Christian Grey, utiliza para su propio placer. No es que las prácticas que llevan a cabo en su aventura sean incorrectas, pues soy de la opinión de que todas las prácticas sexuales son válidas y deben ser aceptadas si a ambas partes eso les produce placer y si son consensuadas. Pero en este caso, ella no tiene experiencia previa en relaciones sexuales y él impone su manera de vivir la sexualidad. En ningún momento le da a elegir a ella la posibilidad de probar diferentes prácticas hasta dar con la que a ambos les parezca más placentera. En su lugar, Christian juega un papel de superioridad ante Anastasia, ejerciendo sobre ella control tanto dentro de la relación sexual como en el terreno de la relación sentimental en su día a día.
            Sea por cultura, por religión o por manera de educar, a la mujer se le ha inculcado desde siempre que debe reprimir sus deseos sexuales, mientras que al hombre se le ha enseñado que como hombre, debe tener deseo sexual y expresarlo, para hacer alarde de su masculinidad. Es hora de que las mujeres nos empoderemos, entendiendo como empoderamiento dentro del plano sexual “un sentimiento de fortaleza interna y confianza para expresar y solicitar los deseos propios, así como la capacidad de influir en las prácticas sexuales que afectan a las mujeres y pasar a considerarse protagonistas conscientes y capaces de transformar los modelos sexuales hacia unos más igualitarios donde sus deseos y gustos sean tenidos en cuenta”.

            El deseo y el placer sexual tampoco entienden de género y tanto hombres como mujeres nacemos con órganos sexuales cuyo fin, además de la reproducción, es la obtención de placer mediante diferentes métodos. Es por esto que, para que la película narrase una historia de IGUALDAD, deberíamos ver a una Anastasia empoderada y dueña de su sexualidad. Así tal vez algún día pudiéramos ver en cines unas “Cincuenta sombras más empoderadas”."

miércoles, 25 de enero de 2017

PROCESOS NEURODEGENERATIVOS II: Alzheimer

En esta entrada, tal como comenté en la anterior, voy a profundizar en las demencias.
En primer lugar, explicaré en qué consiste la más incidente de ellas, el Alzheimer.
Las primeras manifestaciones de este tipo de demencia se dan por un notable deterioro de la memoria y el lenguaje. Es de curso lento y progresivo. Es importante su detección en fases iniciales, ya que el tratamiento farmacológico y las terapias no farmacológicas pueden paliar el impacto que esta demencia tiene sobre la persona y sus cuidadores. En este tipo de enfermedad, es fundamental el papel del cuidador y su tratamiento paralelo al del enfermo, pues supone un desgaste físico y emocional el cuidar de una persona con este tipo de demencia.

Los primeros indicios de esta enfermedad suelen ser déficits olfativos y cambios en las preferencias gustativas, son síntomas muy precoces y suelen pasar inadvertidos. En las fases iniciales, normalmente el enfermo es consciente de sus déficits, esta consciencia se va perdiendo a medida que la enfermedad avanza.

La capacidad para memorizar listas de palabras o algunos acontecimientos temporalmente fechados se ve tempranamente afectada.
Estos síntomas se reflejan en la conducta del enfermo al repetir continuamente una misma pregunta, olvidar citas importantes o el lugar donde ha colocado objetos de su interés.
Los afectados levemente de Alzheimer recuerdan mejor los eventos remotos del pasado que los recientes. Hasta etapas más avanzadas no se muestra incapacidad de recordar sucesos lejanos en el tiempo.
Otra de las últimas capacidades en destruirse es el aprendizaje de habilidades y destrezas que se adquieren por repetición.

Las alteraciones en el lenguaje son unas de las manifestaciones más habituales y tempranas de la enfermedad. Los afectados por esta enfermedad suelen olvidar algunas palabras y se ve afectada su fluidez verbal. Con la evolución de la enfermedad se empieza a afectar la comprensión, la expresión y el uso de la gramática. De forma progresiva se ven afectadas la lectura y la escritura.

Otro de los síntomas tempranos de la enfermedad es la desorientación espaciotemporal. Se relaciona con los déficits en el aprendizaje contextual y las alteraciones visuoperceptivas. Al principio la desorientación se manifiesta ante lugares desconocidos. Para acabar afectando al reconocimiento de lugares conocidos, incluidos los espacios de la casa en la que vive.

Los enfermos de Alzheimer suelen equivocarse en las prendas que seleccionan para vestirse y en su colocación. Es lo que se llama apraxia del vestido.
En los estadios más avanzados suelen aparecer problemas para reconocer caras, al principio de personas menos conocidas; al final no reconocen ni su propia cara en un espejo. Es lo que se conoce como prosopagnosia.

Casi todas las personas diagnosticadas de Alzheimer presentan alteraciones en el terreno emocional y en el comportamiento a lo largo del proceso de la enfermedad, siendo la depresión y la apatía las más comunes y persistentes.
Se pueden manifestar otras como agresividad, trastornos del sueño, deambulación, ansiedad y trastornos relacionados con el impulso sexual o el apetito. A medida que la enfermedad avanza pueden presentarse alucinaciones o delirios, siendo los de robo los más habituales.Suelen aparecer también miedos injustificados o conductas de acumulación.

En cuanto al tratamiento de ésta enfermedad, su objetivo no es restituir las funciones afectadas, sino enlentecer la progresión de los síntomas.
Se puede llevar a cabo una intervención cognitiva en varios ámbitos de la vida del enfermo:
-Modificación del entorno físico.
-Intervención sobre las actividades significativas de la vida diaria.
-Abordaje de los síntomas comportamentales que pueden acompañar al deterioro cognitivo.

El objetivo de este tipo de intervención es conseguir un aumento de la calidad de vida de la persona afectada por la enfermedad de Alzheimer.

En cuanto a la intervención farmacológica, su finalidad es el control paliativo de los síntomas cognitivos, emocionales y conductuales.
Los fármacos usados en fases leves suelen ser el donepezilo, la rivastigmina y la galantimina; ya que se han comprobado sus beneficios en el estado cognitivo y emocional del enfermo.
En fases más avanzadas, se suele usar  memantina, que reduce la agitación motora y mental.
Las benzodizepinas y sus derivados se usan para el tratamiento de la ansiedad y el insomnio; los antipsicóticos, como risperidona y olanzapina; para tratar la agitación, las alucinaciones y los delirios, y algunos antidepresivos como la fluoxetina.

Aunque como he comentado anteriormente, la enfermedad no se puede curar ni detener su desarrollo con ningún fármaco. Aunque sí es posible estabilizar y paliar muchos de los síntomas que se asocian a la degeneración.
Una de las vías son las terapias no farmacológicas, que deben ir dirigidas tanto hacia el enfermo como a sus cuidadores. En el enfermo el principal objetivo será retrasar todo lo posible el deterioro funcional, compensando cuando sea posible las funciones que ya están afectadas y manteniendo las que tardarán en perderse.

Algunas de estas terapias orientadas al tratamiento del enfermo de Alzheimer son:

-Rehabilitación y entrenamiento cognitivo: para estimular y preservar los principales procesos básicos y superiores.
-Entrenamiento en las actividades de la vida diaria: su objetivo es que el enfermo alcance el máximo nivel de independencia posible en su vida diaria. Las tareas que se programen serán más o menos complejas dependiendo de la fase de la enfermedad en que se encuentre.
-Terapia de orientación a la realidad: pretende disminuir la desorientación espaciotemporal que suelen presentar los afectados por Alzheimer. Consiste en proporcionar al enfermo claves externas que lo ayuden a situarse en la realidad presente y desarrollar actividades que faciliten la orientación.
-Técnicas de modificación de conducta: buscan mejorar las alteraciones de conducta provocadas por la enfermedad.

Con los cuidadores, se debe trabajar para que identifiquen los síntomas propios de la enfermedad y las estrategias más eficaces para controlarlos y para que generalicen en casa las actividades que se trabajan en la terapia. Por otra parte, hay que centrarse en programas orientados a "cuidar al cuidador".
La intervención se dirige principalmente a proporcionar información, valorar el trabajo que realizan, orientarlos para que definan límites en el cuidado, desculpabilizándolos por permitirse espacios para el ocio, favorecer esos espacios de ocio, buscar redes de apoyo familiares y sociales para distribuir las tareas de cuidado.


Espero que la información os sea útil, y si tenéis cerca un caso de este tipo, sirva un poco de orientación para saber cómo actuar y cómo tratar tanto al enfermo como al cuidador.


Fuente:
Arnedo, M., Bembibre, J. y Triviño, M. (2012) Neuropsicología. A través de casos clínicos. Madrid. Editorial Médica Panamericana.

lunes, 16 de enero de 2017

PROCESOS NEURODEGENERATIVOS I: Introducción

¡Hola a todos!
Año nuevo, entrada nueva, aunque se haya hecho esperar, vuelvo con fuerza para traeros una serie de entradas con información acerca de un tema nuevo en el blog, los procesos neurodegenerativos, más concretamente las demencias
Tristemente, casi todos hemos tenido contacto directo con alguien que ha sufrido o está sufriendo los estragos de este tipo de enfermedades. Por eso, me he decidido a resumir un poco las características de las mismas, sobre todo para aclarar que demencia no es sinónimo de Alzheimer, cada una tiene unos síntomas y un tratamiento específico.
El Alzheimer es sólo uno de los tipos de demencia que actualmente se diagnostican y la que tiene un mayor índice de incidencia.
Por la amplitud del tema, voy a dedicar varias entradas a ello, en esta primera voy a introducir los procesos neurodegenerativos y describir sus principales características.

Las demencias son un tipo de proceso neurodegenerativo, al igual que lo son los trastornos del movimiento. Entendemos como proceso neurodegenerativo aquellas afecciones que conllevan un desorden cognitivo y, en ocasiones, un cambio de conducta. Esto es debido a un aumento de los procesos de muerte neuronal, es decir, se reducen el número de neuronas. La principal causa es biológica, con importancia en la predisposición genética teniendo en cuenta factores de riesgo. Gracias a los últimos avances en la investigación se han podido definir mejor las características de dichos trastornos y diferenciar el deterioro cognitivo asociado a una de estas enfermedades del que conlleva un envejecimiento normal. Con lo cual, aclarar que demencia no es sinónimo de envejecimiento, aunque la edad se un factor de riesgo.

Para que se establezca el diagnóstico de demencia, tienen que verse afectadas en la persona al menos dos de estas áreas: memoria, funciones ejecutivas, funciones visuoespaciales o visuoperceptivas, lenguaje, personalidad o comportamiento. La afectación de la memoria no es imprescindible para el diagnóstico de demencia.

Dentro de los procesos neurodegenerativos encontramos:

-Los trastornos del movimiento: 
Como son la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Huntington y la parálisis supranuclear progresiva.

-Las demencias, donde nos centraremos en esta serie de entradas: 
Como demencia de mayor incidencia, y tristemente más conocida, tenemos la enfermedad de Alzheimer, cuya primera manifestación son las pérdidas de memoria. Cuando los síntomas iniciales son alteraciones de otros procesos cognitivos o del comportamiento, podría tratarse de otro tipo de demencia como lo son la demencia de los cuerpos de Lewy, caracterizada por parkinsonismo, alucinaciones visuales y déficits atencionales; o demencia frontotemporal y todas sus variantes, en las que predominan los cambios de conducta, las dificultades en la expresión o los déficits en la memoria semántica. Por último, la demencia vascular, cuya causa principal son lesiones vasculares en el cerebro.

Entraremos en detalle en cada una de ellas en la próxima entrada.

Espero que os haya sido útil la información. A lo largo de la semana publicaré la siguiente entrada.
Un saludo.


Fuente:
Arnedo, M., Bembibre, J. y Triviño, M. (2012) Neuropsicología. A través de casos clínicos. Madrid. Editorial Médica Panamericana.